
La ciudad de Boston recibió con una fuerte tormenta y un tremendo aguacero a Los Ángeles Lakers, que llegaron ayer a la capital de Massachusetts con la intención de levantar el 1-3 en contra que tenían hasta el cuarto partido, algo inédito en la historia de las Finales de la NBA, pero que con el triunfo en el quinto encuentro se ve con algo más de esperanzas.
Muchos pronosticaron que los Celtics se alzarían el domingo con su decimoséptimo anillo en el Staples Center, y aunque estuvieron a punto de lograrlo, deberán cerrar la serie esta noche de local en el TD Banknorth Garden.
Si los Lakers logran llevarse este punto, forzarán un séptimo y decisivo duelo, que se disputará en ese mismo escenario el próximo jueves y que podría cambiar la historia "estadística" de la liga si es que logran remontar la serie.
"Hay tres cosas que deben hacer los Lakers para ganar el sexto partido: que Pau (Gasol) sea el MVP (mejor jugador), como lo fue en el quinto; que Pau reciba balones en la pintura y encare a (Kevin) Garnett y que Pau imponga su presencia en defensa y en el rebote", señaló Rick Fox.
El equipo de Phil Jackson aspira a convertirse en el primero que logra vencer en los últimos dos encuentros de una Serie Final desde que se impuso el formato 2-3-2, en 1985, pero de acuerdo a los últimos partidos, cualquier cosa puede ocurrir.
Los Lakers desperdiciaron una ventaja de 24 puntos en el cuarto encuentro y dejaron escapar finalmente una victoria que parecía cerrada. En el quinto, 72 horas más tarde, los Celtics remontaron 19 puntos de desventaja pero finalmente cayeron.
"Somos lo suficientemente jóvenes y tontos para permitir que suceda", admitió Jackson el domingo. "Jugamos mucho más fuertes y consistentes que los Celtics, creo que esa fue la gran clave".
Ambos equipos no entrenaron ayer ni tampoco pretenden hacerlo en horas de esta mañana, apelando sólo al descanso. Para los Lakers, el sexto partido, como lo fue el quinto, será a vida o muerte. Los Celtics aún tienen otra oportunidad en caso de fallar, pero ya lo avisó el español Gasol: "Si ganamos el sexto, la presión que van a tener será enorme".
